El COVID-19 a nivel turístico ha supuesto un retroceso en el número de visitas que llegan a nuestra comarca. Lo que hace unos meses lo hubiéramos tomado como ciencia ficción, mascarillas por la calle, distancia social, medidas de higiene extremas, hoy se ha convertido en nuestra realidad. Estas dificultades en muchos casos  han llevado a nuestros agentes turísticos a reinventarse y adoptar nuevas medidas que trasmitan mayor seguridad al viajero. Y este ha sido el caso de la O.I.T de San Clemente y del Castillo de Belmonte, que tras el parón del confinamiento, han vuelto a la nueva normalidad dotando sus espacios de apoyo tecnológico para ampliar la oferta turística.                                           

Nuestra Comarca El Záncara lleva años trabajando para ofrecer una variada oferta en alojamientos turísticos y atraer al viajero a sus pueblos como destino, 28 de los 33 municipios cuentan con algún tipo de alojamiento rural. Las 3 localidades que concentran más del 50% de la oferta, son los que cuentan con recursos turísticos culturales y patrimoniales más conocidos, es el caso de  Belmonte, San Clemente o Mota del Cuervo. Pero la oferta cada año se amplía y los alojamientos cada vez son más especializados, ofreciendo mejores servicios y más comodidades a los viajeros. En Belmonte, por ejemplo, contamos con el único alojamiento rural en la provincia de Cuenca con 5 estrellas verdes, máxima categoría del turismo rural. Actualmente en nuestro territorio tenemos identificados más de 80 alojamientos, en su mayoría casas rurales, aunque también conviven con los apartamentos turísticos y los alojamientos hoteleros tradicionales (hoteles y hostales). Además desde el año pasado contamos en la localidad de Casas de Fernando Alonso con un alojamiento rural singular, en la modalidad de casa cueva, clara muestra de patrimonio etnológico.                                           

Los 33 pueblos de la Comarca, con sus casas solariegas, sus patios, sus fuentes en las plazas, sus parques y esa arquitectura popular que les hace conservar su encanto, se preparan para que esta época estival esté llena de alicientes.                                           

La crisis del Covid-19 que estamos sufriendo nos debe hacer ser cautos, no miedosos. Hemos tenido que asumir restricciones en muchos ámbitos del día a día, pero con una adecuada planificación y adoptando las medidas  sanitarias necesarias podemos apoyar al sector turístico y disfrutar de los recursos de nuestro territorio. Nuestro objetivo es mostrar que a pocos kilómetros de casa se pueden encontrar experiencias lúdicas, divertidas y formativas, además de poco masificadas. Conocer nuestras riquezas patrimoniales nos harán recomendarlas a amigos y viajeros, atrayendo de este modo riqueza para nuestros pueblos.                                           

¿Qué tal hacer un recorrido por dos ejemplos que tenemos en la Comarca de patrimonio monumental ligados a la industria?

La situación provocada por la pandemia COVID-19 nos ha hecho vivir unos meses complicados y llenos de incertidumbre, pero también es cierto que en el caso del medio rural, sus atractivos y potencialidades se han visto reforzados. Todos hemos tomado consciencia de lo gratificante de vivir en un pueblo durante el confinamiento: menos masificación, ningún problema de abastecimiento, viviendas mucho más espaciosas, mayor posibilidad de estar cerca de la naturaleza... Por todo ello, debemos aprovechar la coyuntura creada y seguir promocionando nuestros encantos, atrayendo a los habitantes de las ciudades a visitar y elegir nuestros pueblos como destino estival e incluso, como vivienda habitual para combatir la despoblación, dado el ¡gran descubrimiento! que ha supuesto el teletrabajo sobre todo para algunas empresas.