“...aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino”. (El Ingenioso Hidalgo D. Quijote de la Mancha. Cap. VIII, 1ª parte

Son muchos todavía los molinos que coronan las planicies de nuestra comarca, en Mota del Cuervo se conservan 7, de los 23 que tenía documentados. En El Pedernoso, Las Mesas, Pinarejo, Belmonte, Villamayor de Santiago, Los Hinojosos… siguen recordando al que los ve a la Mancha que vio Cervantes, destacados monumentos manchegos, símbolo de una estructura de producción agrícola pasada.

Molinos COLLAGE

Los molinos aparecieron en Oriente próximo (Irán y Egipto) a comienzos del siglo VII. Se extendieron por los países árabes y pasaron a Europa hacia el siglo XII, probablemente traídos por los cruzados, se dice que fueron los templarios a su vuelta de Tierra Santa. Primero se instalaron en la costa mediterránea, llegando a la Mancha a mediados del siglo XVI, coincidiendo con una gran sequía que duró 40 años. Primero estaban los molinos de sangre, conocidos así a los que eran movidos por la fuerza humana o animal. Después los molinos de agua (que contarán con menor éxito en esta zona por el escaso cauce de los ríos). Y por último llegaron los molinos de viento, eligiendo lugares elevados para su ubicación. El siglo XVIII fue el de su mayor auge pero, a partir de la mitad del siglo XIX, la máquina de vapor, el motor de explosión y la electricidad, irán acabando poco a poco con los molinos de viento.

Los molinos de viento constan de 3 plantas:

1ª planta era la cuadra.

2ª planta se llama CAMARETA y era utilizada como almacén (sala de almacenaje) o sala de reparación.

3ª planta MOLEDERO (donde está la maquinaria).

Para iniciar el proceso de molienda, el eje del molino y las aspas, han de situarse frente al viento y como este no tiene una dirección constante, se dispone de un sistema de orientación, que consiste en un borriquillo unido al palo de gobierno, mediante los cuáles y ayudándose de los hitos de amarre, logra la rotación de la caperuza o tejado, que no está sujeta a la estructura del edificio, sino, simplemente posada sobre él. Se encaran las aspas vestidas y se ponen en cruz latina. Cuando las aspas comiencen a girar, la rueda catalina moverá la linterna que a su vez mueve el barrón que es a su vez lo que mueve la piedra volandera (la que muele) y debajo se mantiene fija la piedra solera. El trigo molido cae en la tolva a través de la canaleja, y es recogido en el costal o saco. Luego se pasa por el cedazo ó tamiz y se cierne.