La Comarca “El Záncara” es una tierra con unos espacios únicos que hacen que quienes la visiten se enamoren, por la imagen imborrable o por el calor y amabilidad de sus gentes. El turismo de interior, rural y ecológico está de moda. No sólo porque es una opción más económica, sino porque cada vez más la gente huye de los espacios abarrotados. Los 33 pueblos que componen la Comarca, cuentan con rutas que apuestan por un turismo de cultura y conocimiento, avalado por una gran riqueza histórica que se puede atestiguar en sus numerosos monumentos. En la comarca se tiene constancia de asentamientos humanos desde época antigua, por ejemplo, el yacimiento situado en el Cerro de la Virgen de la Cuesta, en Alconchel de la Estrella de la Edad del Bronce (B.I.C. en 1995), aunque este núcleo fue el más importante y organizó la zona económica y militarmente, se han encontrado restos de asentamientos en Villar de la Encina, Villalgordo del Marquesado, Castillo de Haro, Torrubia del Castillo, entre otros. Un curioso monumento son “los Falos” en Los Hinojosos, construcción íbera que se utilizaba como culto a la fertilidad. De época romana destacan también las minas de “lapis specularis” de Osa de la Vega, abiertas al público desde el año 2018.
La vida en los pueblos puede ser de todo menos aburrida. Cuando en septiembre las grandes urbes se preparan para asumir la rutina tras las vacaciones estivales, nuestra Comarca “El Záncara” es un hervidero de fiestas patronales, folclore y tradiciones que hacen las delicias de sus vecinos.
La tendencia actual es ser urbano, pero la vida en una gran urbe es bastante más estresante, cara y peligrosa que en un pueblo, así pues nuestro consejo es que des el salto al mundo rural y disfrutes de la vida que te ofrece, dejando atrás los estereotipos del pasado. Los pueblos están llenos de oportunidades, que solo tienes que tratar de descubrir.
La población de Cuenca se ha incrementado en 265 personas extranjeras en el último año, representando casi el 10% de los vecinos de la provincia, según los datos del INE 2018. Sin embargo, esta subida no es suficiente para frenar un descenso de 1.486 habitantes en la provincia, y un continuado crecimiento vegetativo negativo.